Sin duda es, junto con la calle Sequerets, una de las calles más típicas de Ascó. Esta balconada sobre el Ebro sigue el antiguo trazado de las murallas de Ascó. En la calle de la Mola, las casas dejan libre el pasillo de murallas destruidas por los  bombardeos desde el otro lado del río durante la Guerra Civil de 1936-1939. Hoy en día aún se puede contemplar algún resto de estas murallas en la Mola, en la plaza Nova y en las calles del Cavaller y Trinquet. Los muros de las plazas y paredes de las casas son de piedra y barro, o senzillamente, de tapia.
La calle de la Mola, que tiene forma de herradura, conserva los típicos portales de las casas de ladrillos en abanico, de clara influencia morisca. Desde este lugar se tiene una magnífica vista sobre el Ebro, les Illes, el Pas del Ase y el Montsant al fondo.