Con la expulsión de unos 800 moriscos y moriscas por parte de Felipe II de Aragón (III de Castilla) que ocupaban 154 casas, finaliza el periodo morisco en Ascó.
Se trata de una calle en forma de zigzag que los hospitalarios cedieron a la universidad y, ésta, lo convirtió en un secadero de frutos secos como higos y pasas. El nombre en diminutivo de los secaderos quedó como topónimo.